23 jul 2010

HISTORIA DEL TRAJE DE BAÑO by Carmen Jane




El traje de baño ha sufrido una gran evolución a lo largo del tiempo; del vestido de baño de seis piezas del siglo XIX, pasando por el bikini de los años cuarenta y el monokini reivindicador de los sesenta, hasta el mas audaz y provocativo de la actualidad.

Las playas son los terrenos sociales en los que se llevan a cabo estos juegos de seducción y exhibición que presentan a los veraneantes como auténticos objetos de deseo. Pretexto de desnudez o accesorio de moda, el traje de baño nos ayuda a ejercer esa libertad tan deseada.

LOS COMIENZOS
Desde la antigüedad el hombre ha asociado la limpieza y la higiene con actos mágicos o religiosos, ha buscado en el agua la fuente de la belleza o simplemente un instante de relajación.

El primer traje de baño, fue un taparrabos velado que utilizó una cortesana egipcia, de nombre Tais, para darse un chapuzón junto con Alejandro Magno y todo su ejercito, estando todos los hombres en cuestión desnudos.

En tiempos de Griegos y Romanos se crearon baños y termas, edificaciones de grandes dimensiones dedicados al aseo y al desarrollo de la vida pública. Además, en estos recintos se podían practicar ejercicios como la natación, o recibir masajes con aceites especiales. Tenemos conocimiento de la existencia de este tipo de instalaciones también en Egipto, en la ciudad de Tell el amarna, o en el palacio de Knosos, en la isla de Creta.

Unos mosaicos del siglo IV de la villa siciliana de Plazza Amerina representan a diez jóvenes de familias acomodadas bañándose en una piscina, jugando a juegos de pelota o practicando ejercicios físicos con un traje de dos piezas: calzón y banda sostén (llamado strophium) no podemos estar seguros de si estos atuendos cotidianos habían sido creados especialmente para el disfrute de juegos náuticos, deportes o bailes.

Desde la Edad Media hasta finales del siglo XV la gente se bañaba desnuda, siendo este un hecho bastante inusual, ya que la limpieza corporal perdió toda su importancia, al ser considerada más importante la limpieza de espíritu., Esta desaprobación de la higiene fue la causante de que se produjeran gran cantidad de enfermedades e infecciones, llegando a ser cerrados los baños por epidemia de sífilis. Solo subsistieron los baños terapéuticos, como las termas de Pozzuoli en Italia o las de Baden en Suiza, estas termas estaban frecuentadas por mujeres adineradas que acudían a curarse de sus enfermedades ataviadas con una especie de camisa muy corta y escotada, los hombres vestían calzoncillos o un albornoz cruzado. La gente que carecía de medios económicos para ir a estos edificios se conformaba con bañarse en el mar o en el río que atravesase su ciudad de residencia.

En el siglo XVII, Madame de Maintenon consiguió que los parisinos no se privaran del espectáculo que suponía ver a las jóvenes bañistas a orillas del Sena, en tanto que los caballeros seguían el ejemplo de soberanos como Enrique IV o Luis XVI, y preferían bañarse en las orillas de la aún no contaminada Ille de France. El traje de baño de las fiestas campestres era una camisa de baño, la cual guardaba las apariencias, al menos mientras no se entrase en el agua.

Resultaba muy tentador para los nudistas el darse un baño en un río, las repetidas órdenes y prohibiciones policiales llevaron a más de uno a ser incluso azotado al ser detenido en pleno chapuzón. Al final, se optó por crear unos baños públicos controlados, en los cuales se colocaban una especie de barreños de tela agujereada que se introducían en los ríos.

 Durante el siglo XVIII, era considerado propio mantener la piel blanca y sin ser tocada por el sol. Fue a finales de este siglo cuando el rey Jorge III comenzó a frecuentar las playas de Weymouth en Inglaterra instalando este hábito.

Las damas se metían parcialmente en el agua, protegiéndose con alargados sombreros, mantones y guantes cerca de bathing machines, un tipo de caravanas con ruedas .Cosían pesos en el dobladillo de sus vestidos de baño para impedir que la ropa flotara durante el baño mostrando así sus piernas. El pudor dominaba sobre la moda

Desde el siglo XIX, los médicos recomendaron a sus pacientes la conveniencia de tomar baños, tanto en balnearios como en el mar, como remedio a ciertas enfermedades. El agua marina no solo se veía como remedio de la meningitis tuberculosa; sino que se le atribuía efectos beneficiosos para erradicar la depresión, y los males de amor, mejorar la energía vital y la salud en general.
Pero estos baños solo eran disfrutados por las clases sociales altas.

En los inicios las mujeres se bañaban completamente vestidas, con todos los peligros que esto suponía: ahogamientos, lipotimias, problemas en la piel, etc.Hasta el 1822 no hay constancia del baño de una mujer, la duquesa francesa de Berry, nuera de Carlo X, que se metió totalmente vestida en la playa de Dieppe.


Desde el año 1880, las mujeres podían establecer un contacto más seguro con el agua del mar, gracias a la “máquina de baños”. Este artefacto, provisto de una rampa y un cubículo para vestirse, era arrastrado so¬bre ruedas desde la arena hasta aguas poco profundas. La dama se des¬vestía en la máquina, se ponía una holgada bata de franela larga hasta los pies y sujeta al cuello por un cordón, y bajaba por la rampa hasta el mar. Una tienda, conocida como “capuchón de modestia”, la ocultaba a los varones que hubiera en la playa. Las “máquinas de baños” eran custodiadas por unas empleadas cuya misión consistía en disuadir el paso de mirones.
 
La primera guerra mundial modificó profundamente la relación existente entre el individuo y el mar, provocando una gran transformación. Se pasa de una terapia dirigida a las clases elitistas a una terapia de masa., Un mayor número de personas acuden a bañarse a los mares y costas, y el mar se convierte en un tesoro apreciado por sus cualidades tanto curativas como de descanso y relajación.

Los europeos empezaron a frecuentar de forma masiva las playas, hecho que hizo posible el desarrollo e impulso del ferrocarril. Pero era necesario crear una prenda específica para este tipo de actividad, entre terapéutica y lúdica: el bañador, ahora permitían gozar de la playa no solo a los ricos sino también al público general.

Es a partir de entonces y hasta la actualidad cuando las playas se convierten en objeto de deseo para relajación y disfrute de las vacaciones de todos los públicos.

EVOLUCION DEL TRAJE DE BAÑO
De aquella ropa de playa que cubría de cuello a tobillos a los mini-bikinis brasileños, la evolución del bañador ha sido extraordinaria. En el último siglo, los atuendos que han envuelto los cuerpos de hombres y mujeres en costas y piscinas han evolucionado radicalmente; como un reflejo más de los cambios de una sociedad siempre dinámica.

El origen del traje de baño como prenda distintiva se remonta a mediados del siglo XIX.

Los trajes de baño siguieron al principio el mismo diseño que los de calle, en lo que se refiere al bañador de señoras. Era un atuendo complicado, denominado “seis piezas”; (1846-1914), una prenda a medio camino entre el vestido y la ropa interior. Se trataba de un vestido de baño de franela, de corpiño ajustado y cuello alto; las mangas hasta el codo, y la faldilla hasta las rodillas, pantalones bombachos, medias negras e incluso zapatillas de lona, y en la mayoría de las ocasiones sombreros y sombrillas. Era claro que aquel traje nada tenia de atractivo ni práctico, y no difería mucho de la antigua costumbre, de meterse en el agua, hombres y mujeres, completamente vestidos.

A finales del S XIX se pone de moda el vestido de baño de 2 piezas; tanto para hombre como para mujer; compuesto por una tunica y unos pantalones y calcetines; que juntos cubrían casi la totalidad del cuerpo. Estaba confeccionado en sarga o lana; siendo muy poco adecuados al baño por el gran peso que adquirían al mojarse.
A los vestidos de mujer se les añaden bajos decorados, encajes y fantasías para que las piernas de las damas parezcan mas finas. Además los vestidos son de colores mas vivos; (rojos especialmente) en detrimento de los negros y azul oscuro.
Con el tiempo el largo de los pantalones se va acortando confiriendo mayor comodidad.



En vísperas de la primera guerra mundial (1915), empezó a ponerse de moda el bañador ceñido, de una sola pieza para ambos sexos .Tenía mangas, llegaba hasta las rodillas y el modelo femenino disponía también de falda .Desaparecen definitivamente los calcetines para el baño La prenda fue posible gracias a los experimentos textiles del danés Jantzen, apellido que luego se convirtió en sinónimo del bañador elástico diseñado y creado por el.

Pero la mujer pionera en lucir el primer bañador de una pieza en 1907 fue la nadadora profesional y actriz australiana Annette Kellerman; que se presento en una competición londinense con un ajustado bañador de seda abogando por una libertad plena de movimientos en el agua. El acto causo un gran escándalo y fue sancionada por ello.

A lo largo de los años 20, el bañador de una pieza se va acortando poco a poco; conservándose la falda en el femenino en algunas ocasiones y en otras mas parecido al masculino. Los tejidos son de punto mas fino con estampados de rayas y en diferentes colores.

Curiosamente en las playas aparecen los inspectores; que comprobaran que el largo del bañador femenino no sobrepase 15 cms por encima de la rodilla; bajo sanción.

Los bañadores se tornaron mas reveladores en los Años 30 con la presentación del famoso dos piezas, bañador sin espalda, con tirantes muy delgados Supone el nacimiento del bañador femenino propiamente dicho... Eso si, los pantalones tenían que cubrir obligatoriamente los muslos.
La prenda estaba confeccionada en lana y al mojarse podía pesar más de 3 kilos.
Es en esta época cuando la diseñadora Coco Chanel pone de moda el bronceador de rostro.


Pero en el terreno de los bañadores, el gran salto se dio pasada la segunda guerra mundial, en 1946. Aquel año, el diseñador francés Louis Réard preparaba en su taller parisino un particular pase de modelos. Se iba a presentar una novedad absoluta en el mundo del bañador femenino: el bikini.
Por aquel tiempo, la prensa bombardeaba permanentemente con noticias relativas a las pruebas y explosiones nucleares que se realizaban en el atolón del archipiélago de las islas Bikini, en el Pacífico.
Réard convocó a su modelo, una bailarina profesional de casino de París, Micheline Bernardini, ya que las modelos profesionales no habían querido presentar prenda tan descocada, y como le preguntara, previo al pase, como podrían llamar a la nueva prenda, la Bernardini contestó sin titubear: "Señor Réard, su bañador va a ser más explosivo que la bomba de Bikini". Y es que el hecho de mostrar el ombligo era toda una provocación en la época.
Réard quedó con aquella ingeniosa salida de su improvisada modelo, y decidió presentar su bañador con aquel nombre que tan popular iba a hacerse poco después.

El bikini fue tan explosivo como la misma bomba que se lanzo sobre el atolón y de hecho fue prohibido por muchos países (España, Portugal e Italia), y condenado por las autoridades religiosas.


A lo largo de los años 50 el uso del bikini se va extendiendo gracias a su exhibición por parte de las más famosas actrices de la época.

Con Brigitte Bardot y sus descansos en Saint Tropez y Cannes luciendo un bikini, se desencadena la promoción de tal prenda. Su papel en Y Dios creó a la mujer en 1957, animó a decenas de mujeres a usarla.

No obstante, la prenda todavía cuenta con múltiples detractores. En el año 1951 durante el certamen de Miss Mundo, el bikini fue nuevamente prohibido, ganando terreno el bañador de una sola pieza, el cual era considerado sinónimo de buen gusto.

La popularidad del bikini se disparó en la década de los 60, avalada por la liberalización social y política y muchas estrellas del celuloide han pasado a la posteridad mostrando su figura con el traje de baño de dos piezas. Úrsula Andress, fue una de las mujeres más deseadas del mundo tras la escena de "James Bond contra el Doctor No", en la que salía del agua en bikini. También Raquel Welch, con su bikini de piel de mamut en "Hace un millón de años" sentó cátedra, y Marilyn Monroe quiso lucir su cuerpo en bikini, en una instantánea que creó locura colectiva en los seguidores de la actriz.

Con la evolución y vanguardia de los tejidos, el bikini tiene una mayor difusión. Es en esta década de los 60 cuando se introduce la lycra; una fibra que puede ser tensada y estirada hasta seis veces su longitud natural, el diseño de esta singular prenda se abre a nuevas posibilidades. Gracias a la lycra empezaron a fabricarse los primeros trajes de baño elásticos.

En 1964 el estilista californiano, Rudi Genreich, da una vuelta de tuerca inventando el topless o monokini. En principio era un bañador negro sostenido por dos tirantes, que dejaban al descubierto el pecho de la mujer. Fue un símbolo reivindicativo de la revolución sexual de la época.

El tamaño de los bañadores se va reduciendo cada vez más y en 1974 el italiano Carlo Ficcardi inventa el primer tanga en Brasil, reduciendo las piezas del bikini a la minima expresión.

El aire de libertad se respira en los Años 80, el interés por la moda y por un cuerpo escultural, continúan con el triunfo de las tangas y el cine encumbra a Bo Derek como la mujer perfecta en traje de baño.

En los años noventa, los bikinis continúan con su ascenso pero mostrando ahora formas rectas y colores lisos, así mismo causó sensación el bikini de diseño deportivo que mostró la reina del voleibol Gabrielle Reece en 1993.


En el S XXI los trajes de baños se hacen muy variados: desde los 2 piezas mas pequeños con talles mas bajos a los bañadores de una pieza mas sofisticados, con cortes variados.
En los paises arabes surge el burkini; una prenda de baño, extremadamente recatada que nos recuerda a los primeros trajes de baño del S XIX.

Hoy en día, el traje de baño, en sus más variados tamaños y diseños, es el vestuario oficial de las vacaciones de verano, en cualquier parte del mundo. Y es sinónimo de relajo, descanso y playa.
Los diseños actuales de trajes de baño son una recopilación actualizada, mejorada y mas discreta de los modelos de los años 40, 50 y 60; aportando a esta prenda un aire retro vintage muy favorecedor.

Cada vez más, las tendencias naturistas que apuestan por el top-less o el nudismo han puesto, de momento, el punto y seguido a una historia, la del traje de baño, que se irá escribiendo a la par que la de nuestra sociedad, siguiendo el ritmo que marquen las costumbres cambiantes de cada época.

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Como dato anecdótico, adjunto un archivo original con las reglas de baño de 1888 de Mar del Plata, Argentina. Cómo cambian las cosas… ahora esto nos parece totalmente descabellado y ni se nos pasa por la cabeza su cumplimiento.

REGLAMENTO PARA BAÑARSE EN MAR DE PLATA
ARGENTINA 1888
Art 1º Es prohibido bañarse desnudo

Art 2º El traje de baño admitido es todo aquel que cubra el cuerpo desde el cuello hasta la rodilla.

Art 4º Es prohibido a los hombres solos aproximarse durante el baño a las señoras que estuviesen en él, debiendo mantenerse a una distancia de 30 metros.

Art 5º Se prohíbe en las horas de baño el uso de anteojos de teatro u otro instrumento de larga vista, así como situarse en la orilla del agua cuando se bañan señoras.

Art 8º Los infractores, incurrirán en multas de 2 a 5 pesos o arresto de 24 a 48 hs. En caso de reincidencia de 5 a 10 pesos o arresto de 48 a 96 horas. Por tercera vez será expulsado de la playa por un mes.

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MODALIDADES ACTUALES DEL TRAJE DE BAÑO O BIKINI
En la actualidad, el bikini hace tiempo que ha perdido su título de “traje de baño más pequeño jamás ideado”. Hoy, los diseñadores miran atrás y reinventan los modelos clásicos de décadas anteriores (sobre todo 60, 70 y 80) o bien intentan reducir todo lo que pueden los centímetros cuadrados de tela, para que podamos lucir el cuerpo de la mejor manera posible.

Estas son las múltiples variantes del bikini que encontraremos:

Monokini: viene a ser el bikini de toda la vida, pero sin parte de arriba, es decir, que la chica se queda en top-less. Fue inventado en 1964 en Australia por el diseñador Rudi Gernreich. En los años sesenta fue símbolo de la revolución sexual; hoy lo usan hasta las abuelas.

Trikini: bañador de una pieza unido solo por la parte delantera; con aberturas geométricas; muy sexy y en moda desde el 2000.

String bikini: también conocido como tanga-bikini, reduce notablemente la superficie cubierta por el bikini tradicional, con dos triangulitos unidos por unos finos cordones de tela. Fue una ocurrencia del diseñador brasileño Rose de Primo, aunque no sería oficialmente presentado hasta 1974 en Nueva Orleáns por el relaciones públicas Glen Tororich. Su uso se popularizaría en los años 90 y hoy es uno de los modelos más usados en las playas de todo el mundo

Microkini: bastante más allá del tanga, nos encontramos con ésta, la mínima expresión del bikini. Su origen se remonta a principios de los años 70 en Venice Beach (California) donde, al ser prohibido el nudismo, las beach girls empezaron a hacerse minúsculos bikinis para enseñar todo lo que pudieran sin traspasar el límite de la legalidad.

Pubikini: otra creación del pícaro Rudi Gernreich, que consiste en un microkini que sólo cubre la zona vaginal, dejando el pubis al descubierto. Se trata de una variante extrema de bikini que pocas mujeres se atreven a usar y todas ellas, claro está, muy depiladas. Su uso está bastante extendido entre strippers, prostitutas, modelos eróticas y similares.

Tankini: morbosa combinación entre parte de abajo de bikini y top con tirantes fino y ajustado con escote más o menos generoso. Aunque, al taparse el ombligo, se supone que es más recatado, de alguna manera realza las curvas y el cuerpo femenino, disparatando su sex appeal. Estuvo y está bastante de moda entre top models y actrices de cine que prefieren posar así que en bikini para sentirse un poco más elegantes.

Bikini Deportivo: es muy parecido al normal, sólo que sacrifica parte de la estética en beneficio de la comodidad y la seguridad de su dinámica usuaria: la parte de arriba es más amplia y sujeta mejor los pechos. Fue popularizado en 1993, por la sport sex symbol y reina del voleyball Gabrielle Reece y, desde entonces, es esencial, sobre todo en campeonatos profesionales de voley-playa, aunque ya se ha extendido incluso al atletismo y otras disciplinas.

Sling bikini: híbrido entre string bikini y bañador, que reconstruye éste último para enseñar la mayor cantidad de carne posible, cubriendo a duras penas los pezones, la vagina y el esfínter. En el mundillo del porno y en las playas californianas hace furor. Borat se lo puso; no en vano es la típica prenda que, puesta en un hombre, provoca carcajadas.

Burkini: versión musulmana del bikini que, al contrario que los demás modelos que hemos visto, intenta tapar la mayor cantidad posible de cuerpo, para que su usuaria pueda nadar tranquilamente sin miedo descubrir su cuerpo. Fabricado con poliéster, el birkini tapa todo menos los pies, las manos y la cara: se parece al traje de neopreno que usan los submarinistas pero, además, incluye una túnica y una capuchita que se refuerza con un gorro de baño. El burkini, que se vende en Woortman Sportswear por un precio que oscila entre los 137’5 y los 150 euros, es el último grito en las playas árabes y, al parecer, se está vendiendo estupendamente.

Bikini de Diamantes: es el bikini más caro del mundo y cuesta 30 millones de dólares, ya que fue confeccionado con 150 diamantes de la más alta calidad incrustados sobre platino. El modelo aparece en el último número de la revista Sports Illustrated Swimmsuit Issue, publicación anual consagrada a retratar top y supermodels con ropa de baño. Por sus páginas han pasado y han posado todas: desde Cindy Crawford hasta Heidi Klum, pasando por Naomi Campbell, Tyra Banks o Elle McPherson, entre otras. Pero ya basta de hablar de bikinis, ha llegado el momento de ir a la playa a darse un bañito.